COMUNICAR PARA CONFUNDIR
Seguramente todos, o la gran mayoría de nuestros lectores saben lo que significan las siglas IMC. ¿Sí?
Ahora, salga usted a la calle, (no vale hacer este test en nuestro lugar de trabajo o en nuestro hogar), póngase en “modo reportero”, y haga una encuesta a 10 transeúntes de diferentes edades y perfiles sociales con la misma pregunta. ¡¡¡ Sorpresa !!! Seguramente la mitad de los preguntados, no sepan muy bien de qué estamos hablando o nos respondan con términos bancarios o económicos.
Está claro, que si estas siglas se incluyen en un cartel publicitario frente a una tienda dietética, podemos poner en marcha nuestro cerebro, y buscar indicios y pistas para resolver la cuestión.
Sin embargo, una comunicación eficaz debería de cumplir dos objetivos: ser clara para todo aquél que la lea, siendo público objetivo de la misma, y ser atractiva para provocar el contacto con la marca del anunciante.
Hoy mismo a poco metros de distancia nos topamos con dos anuncios a pie de calle. El ya comentado del IMC, y uno de una pastelería cercana, que anuncia un Desayuno Exprés con la leyenda: “Se lo llevamos desde 20 €” ¿20 euros de porte? ¿20 € por consumo total del desayuno? ¿Un Mega-desayuno de 20 €?
Sólo una palabra (Gratis), lo hubiera cambiado todo. Si anuncias… NO CONFUNDAS.