La decisión  de a quién escoger para la venta de tu casa, no es fácil.

Hay múltiples inmobiliarias, páginas de internet, agentes independientes, cuñados atrevidos, a los que poder acudir.

Un reclamo muy bueno, es «ligar» un regalo a la venta de la vivienda, de manera que el cliente vea satisfecha su necesidad de vender y además darle un valor añadido, que destaque entre todas las ofertas comentadas.

Pero ¿qué ocurre si no se cumplen las expectativas?, pongamos un ejemplo:

Si vendemos su casa en cuatro meses, le regalamos un crucero…¿Quién puede resistirse?, elegimos esta inmobiliaria sin dudarlo, además es muy conocida en el sector.

Tras decenas de visitas, llega el momento esperado, hay una oferta por parte de un comprador interesado.

Bien!!!! Hemos vendido la casa y nos vamos de vacaciones!!!!.

Pero la ilusión pronto se desvanece: el precio de venta que se había fijado, ha tenido que rebajarse considerablemente. Justificación: la parte compradora tiene que hacer un esfuerzo, los vendedores también, los plazos, los gastos, hay que acercar posiciones.

Vale! Todos nos «apretamos el cinturón» ¿puede la inmobiliaria sumarse a este esfuerzo y bajar algo la comisión? Imposible!!!! La Central no lo admitiría, aunque…..se puede hacer una excepción, una parte facturada y otra no, pero el neto que nos llevamos tiene que ser el mismo.

Entonces preguntas con un hilillo de voz ¿y el crucero? Noooo!!! Entonces ya no corresponde, estamos haciendo un esfuerzo. Pero si la comisión que cobráis no ha variado, sigue siendo la misma que pactamos!!!! y como un niño gritas ¡¡¡¡NO ES JUSTO!!!

5 RECOMENDACIONES PARA UN SERVICIO DE EXCELENCIA CUANDO SE HACEN PROMOCIONES

  1. La promoción debe ser alcanzable.
  2. Tiene que ser fácil y clara de entender.
  3. No crear falsas expectativas: evitar promociones en las que el cliente se sienta engañado cuando llega el momento de disfrutarlas.
  4. Crear promociones con valor para el cliente, que sean novedosas y llamativas.
  5. Si el regalo está condicionado a que se cumplan unos requisitos y estos se cumplen, no hay «peros» que valgan.